¿Cómo afecta la cerveza a tu aparato digestivo?

Según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco realizada en 2016, se informó que en México, el consumo del alcohol per cápita es de 4.4 litros por año. Cabe mencionar que el patrón de consumo se caracteriza por ser excesivo, ya que se ingieren grandes cantidades en periodos cortos, especialmente durante los fines de semana. Es relevante señalar que de acuerdo a un estudio realizado en el 2016, la principal bebida alcohólica que se consume es la cerveza, siendo consumida por el 75.7% de la población mexicana y como segundo lugar se posiciona el tequila.

El riesgo del alcohol para las personas 

De acuerdo con el Instituto Nacional para el Abuso del Alcohol y Alcoholismo de los Estados Unidos y Guías Alimentarias para los Estadounidenses del Departamento de Agricultura y de Departamento, el consumo del alcohol de bajo riesgo es para mujeres que consumen hasta una bebida por día y hasta 2 bebidas en el caso de los hombres. En el caso del consumo de riesgo es para mujeres  que consumen más de 3 bebidas al día y hombres que toman de 4 bebidas al día. 

¿Cómo afecta el alcohol al organismo? 

Empecemos por el páncreas, el alcohol hace que produzca sustancias tóxicas que pueden producir pancreatitis, la cual es una peligrosa inflamación e hinchazón de los vasos sanguíneos en el páncreas que afecta al correcto proceso de la digestión.  


Cabe mencionar que, el principal órgano implicado en metabolizar el alcohol es el hígado por diferentes rutas metabólicas. La última ruta por la que pasa el alcohol es el acetato, el cual se encarga de dar energía o producir ácidos grasos al organismo, por lo que al pasar el alcohol provoca una elevación de los niveles de triglicéridos en sangre, cetosis, aumento de ácido úrico e hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en sangre).


Es importante tener en cuenta que el alcohol también causa una deficiencia de folato, lo cual es la principal razón de la anemia en personas que consumen alcohol de manera crónica y excesiva, debido a que el metabolismo del alcohol interfiere con el del ácido fólico.


¿Cómo afecta el alcohol al sistema digestivo? 

Se asocia a diferentes cambios en los órganos del tracto digestivo, afectando la absorción y la digestión de nutrientes. Algunos de los padecimientos que destacan por estas afecciones son las lesiones hepáticas alcohólicas como: 

  • Esteatosis: Es un proceso en el que se acumula grasa en el hígado.
  • Hepática simple: Se produce cuando se acumula grasa en el hígado debido a que el alcohol altera el funcionamiento normal del cuerpo.
  • Hepatitis aguda alcohólica: Es una condición que se desarrolla de manera lenta. Para que ocurra, generalmente se necesita beber alcohol en exceso durante al menos 5 años. Es una situación más seria que simplemente tener grasa en el hígado.
  • Cirrosis:Esto significa que el hígado cambia su estructura debido a su cicatrización (fibrosis) debido al consumo de alcohol, normalmente durante muchos años. Es un daño que no se puede revertir. 


Además, cabe mencionar que las personas que padecen de alcoholismo con frecuencia sufren de malnutrición, que se puede combatir con una buena alimentación y abandono del consumo de alcohol. Por otro lado, la combinación del alcohol acompañado con alimentos ricos en grasas y el sedentarismo, se ha asociado con la obesidad. 


Algunas alteraciones digestivas provocadas por el alcohol son: 

  • Glándula salival: Puede disminuir el flujo de saliva, causar acumulación de grasa y cicatrices en las glándulas.
  • Esófago: Puede afectar el movimiento normal del esófago, reducir la presión del esfínter esofágico inferior (la válvula que evita que el ácido suba), provocar reflujo ácido, inflamación del esófago y estrechamiento del esófago.
  • Estómago:Puede dañar la capa protectora del estómago, hacer que se libere histamina (una sustancia que puede aumentar la acidez), causar inflamación del estómago y sangrado debajo de la superficie del revestimiento del estómago.
  • Vías biliares: Puede reducir la producción de sales biliares, alterar la composición de la bilis y causar problemas para digerir grasas.

Si tienes alguna molestia recuerda consultar a tu médico para que de un diagnóstico preciso y te prescriba el tratamiento adecuado.


Fuentes: 

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